viernes, 23 de enero de 2009

Ponencia presentada en la "Jornada de Diálogo y Reflexión", organizada por el IBN Maipú



LA EDUCACIÓN CRISTIANA COMO DESAFÍO DE LA IGLESIA ACTUAL
Por José Peña Mendoza L.Th.


Explicación de la falta de educación cristiana a partir de los orígenes del pentecostalismo
Contexto metodista episcopal. La Iglesia Metodista Episcopal tiene presencia en Chile desde 1878 con la llegada del famoso misionero norteamericano William Taylor a Valparaíso. Pero los ministros metodistas en su mayoría eran fuertemente preparados para servir donde se les enviara a trabajar. Eso les permitía crear colegios, seminarios, orfanatos, hospitales y otras instituciones de servicio. Misioneros y pastores extranjeros, eran entonces, personas preparadas, con formación teológica y otras profesiones. Taylor y el propio W. C. Hoover son ejemplo de ello.

Cuando se dio el surgimiento de la Iglesia Metodista Pentecostal, ésta nueva iglesia se concentró en los estratos más humildes del país. Por la experiencia del avivamiento, la nueva iglesia privilegió el sentimiento y lo sobrenatural por encima del estudio formal o teológico. Se pensaba que no había compatibilidad entre espíritu y estudio. "la mucha letra mata". En cierto modo esta reacción contra el estudio teológico obedeció al desprecio que los pentecostales percibieron de parte de un metodismo que se sentía superior y los miraba como gente ignorante y exaltada. Pero también se debía a que la experiencia espiritual pentecostal era tan fuerte y estaba en constante crecimiento, que hacía que las iglesias pentecostales prescindieran del estudio formal por no considerarlo gravitante para el éxito del movimiento. Sin embargo, también es cierto que el contexto sociocultural del pentecostalismo, generalmente de un segmento bajo y con pocas oportunidades, impidiera el progreso de una clase de pentecostalismo más preparado intelectualmente.


De ahí que el pentecostal es entendido como una persona humilde, pero que por ser dirigido por el Espíritu puede llegar a ser más eficaz en su servicio que cualquier otro cristiano que no sea pentecostal. La falta de formación intelectual es sustituida por la oración fervorosa y constante, por la búsqueda de una santidad práctica cargada de experiencias sobrenaturales, y la obediencia irrestricta a lo que la Biblia dice literalmente. Si se tienen estas cosas, no se necesita la "letra", dirán muchos hermanos y líderes pentecostales.


Los desafíos que los nuevos tiempos proponen al pentecostalismo actual


Hoy en día contamos con mayores y mejores oportunidades para perfeccionarnos en el área educacional. Si antes resultaba muy difícil conseguir un libro, hoy eso ya no nos presenta un problema serio. Librerías cristianas, bibliotecas públicas e Internet nos facilitan la posibilidad de conseguir información.


Además existen instituciones teológicas de corte pentecostal donde los hermanos y pastores pueden capacitarse intelectual y espiritualmente para servir mejor en sus comunidades respectivas. Hay muchas alternativas a las cuales recurrir hoy en día. Se podría decir que el que no desea estudiar, formal o informalmente, no ha logrado comprender aún la trascendencia y valor que la educación cristiana reviste para la iglesia actual. Un pastor, un predicador, un líder de jóvenes, una líder de mujeres, un profesor de escuela dominical, o lo que sea, con formación teológica y, por qué no, de otras disciplinas y áreas del saber humano, estará mejor preparado para enfrentarse, no solo al mundo, sino también para pararse ante la misma hermandad. Nuestros jóvenes tienen más acceso a la educación superior; cada vez contamos con más profesionales. Ellos y el mundo en general merecen nuestra mejor preparación posible. Un pastor, un líder, no pueden, en estos tiempos, darse el lujo de no estar preparados para satisfacer las demandas de quienes esperan lo mejor de nosotros.


Sin dejar de ser pentecostales, sin dejar nuestra principal característica de cristianos llenos del poder del Espíritu Santo, debemos juntamente incorporar la dimensión educativa como algo serio y fundamental para nuestro desarrollo integral. El Espíritu Santo no nos va evitar el trabajo que nos compete a nosotros. Alguien dijo una vez: "El Espíritu Santo es guía; no atajo." El Espíritu siempre hace su parte, pero no va a estudiar por nosotros; no va hacer aquello que es nuestra responsabilidad.


Del autor


El profesor José Peña Mendoza es licenciado en Teología. Proviene de tres generaciones de cristianos evangélicos. Ha cursado estudios en el Centro de Estudios Teológicos, en el Instituto Bíblico Nacional de Chile, en el Instituto de Superación Ministerial para América Latina, y en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es profesor del Instituto Bíblico Nacional: IBN y del Seminario Teológico del Área Metropolitana de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera: ITAM. Participa como académico de la Universidad Bolivariana para los programas de pedagogía con Mención en Religión, y diplomados en estudios evangélicos de la Universidad Nacional Andrés Bello, respectivamente. Con basta experiencia pastoral y docente, desarrolla permanentemente su servicio cristiano para la Iglesia Evangélica. Pertenece a la Corporación Iglesia Metodista Pentecostal de Chile.

3 comentarios:

  1. En el comienzo del avivamiento 1902-1909, se privilegió la búsqueda de un encuentro personal con Cristo y su fruto fue consagrar sus vidas al servicio de predicación, al aire libre, con la evidencia de un gran cambio de vida que se testimoniaba públicamente.
    Con ese gran gozo que sólo lo comprendemos los salvados y redimidos por la Preciosa Sangre de nuestro Salvador Jesucristo, que hemos tenido ese arrepentimiento tan profundo que lloramos, muy amargamente, nuestros pecados donde nuestra gran deseo fue escudriñar la Palabra del Señor. Su Espíritu Santo, nos equipó con diversos dones. Como ser Predicar al aire libre y otros más. Por tanto, en esos años, fue lo más importante.
    Hoy, gracias al Señor, habemos doctores en Teología, con mención el Psicología Pastoral de cuna Pentecostal que además tenemos un doctorado Honoris causa en Divinidades. Doy testimonio público que ninguno de mis pastores de la IEP nunca me objetó estudiar Teología. Al contrario fui exhortado a hacerlo. Han pasado los años y gracias, a mi Señor que me redimió, no tengo verguenza, de pararme en la vía públics para dar testimonio de esta gran obra que Él hizo en mi vida. No he sido ese Dr. Que me he quedado en la casa, ni en el templo. Generalmente, siento la Presencia de su Espíritu Santo, en la predicación pública donde caen lágrimas por mis mejillas. Han pasado más de 46 años, en esta gran labor.

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  2. Habemos Dres.en Teología, de cuna Pentecostal, que hemos nacido de nuevo y nos sentimos muy gozosos de estar predkcando la Palabra del Señor, junto a nuestros hermanos en las esquinas, de las vías de nuestro Chile. Cumpliendo con el gran Mandamiento:"Id y predicad...."

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  3. Habemos Dres.en Teología, de cuna Pentecostal, que hemos nacido de nuevo y nos sentimos muy gozosos de estar predkcando la Palabra del Señor, junto a nuestros hermanos en las esquinas, de las vías de nuestro Chile. Cumpliendo con el gran Mandamiento:"Id y predicad...."

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